martes, 14 de enero de 2020

Reto final: reflexión sobre el uso que hago de la tecnología y mis medidas para mejorar entre actividades digitales y desconectadas.

Al comparar mi estimación del uso que hago con la tecnología y del tiempo que dedico a esta, noto una discrepancia.  Al estimarlo uno no tiene datos particulares de su uso y del tiempo que uno dedica a estas valiosas herramientas.  Al monitorear el uso que hago, noto que, diariamente, verifico el celular unas 7 veces al día, incluyendo cuando me llaman y miro si llegó un correo o verifico una notificación de WhasApp.
Aunque tengo Twitter y Facebook instalado en mi celular, las notificaciones están desactivadas, precisamente, para no dedicarle tiempo durante todo el día y hacerlo cuando desee entrar.  Al monitorear el tiempo que dedico a la mensajería instantánea encontré que en 7 días establezco comunicación en WA con 41 personas a las que les escribí 139 mensajes.
Diariamente, dedico unos 20 minutos a leer periódicos por la Internet y, en la noche veo el noticiario.    Casi todos los días, en la noche, juego alguna aplicación en el móbil.  No como frente a la pantalla y, sin contar el tiempo del trabajo, dedico diariamente unas 9.5 horas diarias a la pantalla ya que actualmente estoy estudiando.

Es inusual que, frente a alguna persona que me habla, acceda a mi celular y no muestre interés por lo que me dice pues no me parece apropiado tratar a alguna persona de esa manera.  Al evaluar el uso que le doy al WhatsApp noto que es una comunicación un  poco superficial pues lo uso para reenviar mensajes o reaccionar con un emoticon o pocas palabras a algo, es decir, no lo uso para conversaciones profundas.

En términos del tiempo que dedico a actividades con tecnología, encuentro que no es muy alto, pero, en el caso de WhatsApp, noto que las conversaciones son un poco superficiales por lo que podría considerar reducir su uso.
    Esta actividad me ayudó a tomar conciencia del tiempo que dedico a algunas conversaciones un poco superficiales que se dan en entornos digitales.  Basado en esta reflexión, trataré de reenviar aquellos mensajes que me parezcan útiles para contribuir al desarrollo del ser humano y algún mensaje cómico que haga reir a los demás. 

    domingo, 2 de junio de 2019

    Crónica de aprendizaje


    La gamificación parte de lo que conocemos como el juego, pero, a diferencia de este, tiene una finalidad específica que quiere lograr.  Mientras el juego es para el ocio, de manera que no tiene restricciones de tiempo o un fin de manejo de actitudes o valores, la gamificación sí lo tiene.  En este, lo lúdico se usa como estrategia para llegar a las personas y, mediante algo entretenido, enviar un mensaje claro y específico sobre lo que es deseable, para todos los miembros de una comunidad, cambiar.

    Ello se hace sin regaños, ni decir quien está bien o mal, más bien, el juego se usa como un espacio de descanso mental, para concentrarnos en lograr un pequeño reto planteado y, a la par, manejar el cambio deseado ya sea de actitudes, valores o contenidos de información necesarios para mejorar la convivencia.

    Mediante los vídeos y lecturas recomendadas en este curso, he descubierto cómo la integración de fragmentos de juegos en experiencias del diario vivir puede motivar y provocar cambio de actitudes y valores hacia problemas del cotidiano.

    Algunas campañas para apoyar el medioambiente o para mejorar condiciones de salud fueron ejemplos claros de cómo usar lo lúdico para, de una manera amena, concienzar a la sociedad, logrando provocar curiosidad y acción por parte de la ciudadanía.

    Librería virtual

    Para conocer sobre el tema, le sugiero que acceda a nuestra librería virtual accediendo en Flipboard.